Creo que a veces no me doy cuenta del valor real que tiene nuestra relación; del grado de importancia de esto que tenemos. A veces lo naturalizo y me parece que es “normal” nuestro tipo de relación, y que lo “anormal” es lo apuesto a nosotros, pero en realidad, creo que los anormales somos nosotros dos.
Se que son odiosas las comparaciones, pero a veces es necesario mirar un poco al costado para poder entender que lo nuestro no es algo que se encuentre en cualquier esquina. Sé, también, que cada pareja es un mundo; lo que no sé, es porque razón en nuestro mundo todo se da de manera involuntaria, y todo sigue su curso tal como debería ser, simplemente por amor; es como si tuviésemos un amor ideal, como el que siempre, toda mujer hubiese soñado tener, ese tipo de amor al que cualquier persona puede aspirar.
Por momentos, se me olvida que lo nuestro es diferente; porque creo haberme acostumbrado a vivir así, creo haberme acostumbrado al sentimiento de vivir en las nubes, tanto, al punto de creer que eso es la normalidad. Y no. No es lo normal; tanto que llegué al punto de no poder entender como puede una persona, vivir sin amor.
Me acostumbré al hecho de despertarme cada día con un mensaje tuyo; a saber que si necesito de vos, vas a estar. Me acostumbré a tu mirada enamorada, y a que repitas al oído cuanto me amas; me acostumbré a caminar con vos de la mano, esas caminatas que se entremezclan entre risas y besos en cada paso. Creo haberme acostumbrado a tus mensajes de sorpresa. Me acostumbré a tener un novio con tanto amor para dar como vos. Me acostumbré a ver como tus ojos se pierden en mi risa; y a que la sonrisa, forma parte de mi ruina diaria. Me acostumbré a que ese perfume, me transporte al cielo (y más también). Me acostumbré a vos y a nuestra historia, y eso me provoca creer erróneamente, que esto es normal. Y sé que no lo es.
A veces, es necesario poner un freno de mano y poder ver objetivamente nuestra historia desde afuera, y concluí que, quizás, no soy consciente del valor que realmente tienen cada uno de esos detalles, ¿pero cómo hago para demostrar más amor del que hoy siento, si no me sobran ni siquiera minutos, porque todos los uso pensando en vos?
No somos una pareja del montón, estoy segura que marcamos nuestra propia diferencia.
No quiero generalizar, ni resumir, pero ¿Realmente todos los novios se aman? ¿Es normal tener una pelea y a los dos segundos volver a la normalidad? ¿Todos apuestan a su amor, con nuestra seguridad? ¿Todos son capaces de dar todo por amor como nosotros? ¿Todos se ven realmente porque tienen ganas, y no por compromiso? ¿Todas las parejas son fieles? ¿Todos los que llevan meses juntos, lo siguen cuidando como el primer día? ¿Todos se sorprenden cada día de su relación? ¿Todas las parejas darían la vida por el otro? ¿Todos tienen el poder de comunicarse con una mirada? ¿Todas las parejas, después de tantos años, logran mantener todo intacto, como si la rutina jamás hubiese pasado por allí?
No se por qué razón, esto entre nosotros se conserva como si recién nos hubiésemos conocido, como si recién nos hubiésemos puesto de novios, como si lo nuestro fuese una cuestión de días juntos, como si esto recién se estuviese empezando a formar. Como cuando me contabas sobre tu vida, con todos esos relatos que me mantenían pegada a vos, queriendo escuchar más y más; hoy, aunque te conozca más que lo que te conoces vos mismo, aún así, me sigo quedando pegada a vos escuchando, nuevamente, tus mismas historias una y otra vez, y jamás me canso de hacerlo.
Esto no es normal. Esto es el principio de la eternidad, es sólo una pequeña muestra de todo lo que está por venir; estoy segura. Nos miro, y veo como nos acoplamos de modo exacto, como nuestras vidas se van amoldando cada día de una mejor manera; veo como nos adaptamos cada día un poco más, sin la necesidad de forjar absolutamente nada; y pedir que cambiemos algo; es de modo natural.
Veo como se nos escapan las risas de la boca, sin intención de largar una carcajada en el silencio, de una manera mágica. ¿Alguien creería que es normal? Creo que al fin entendí el “por qué” de nuestra historia; creo que todo se resume en que no existe ninguna otra cosa para nosotros, que no sea el estar juntos. Que no existe un plan “B”, porque no hay nada más importante que el plan de vernos. Que no existe otra opción y que no hay ningún otro sueño más grande que el amarnos de por vida ¿sabes por qué? Porque nacimos para amarnos, porque no existe un futuro separados, no es ni siquiera probable , porque es imposible. ¿Sabes por qué lo se? Porque tampoco existen, entre nosotros, situaciones que aunque sea presenten la posibilidad de pensar eso; no existen entre nosotros las tormentas que aunque sea asomen una posible existencia de una crisis; no existe entre nosotros esa posibilidad, porque nosotros somos para estar juntos, fuimos hechos para esto; fuimos hechos para amarnos, y para estar bien.
No existen las peleas que nos obliguen a volver a reelegirnos, porque no lo necesitamos, lo sabemos. No necesitamos darnos celos para que el otro se dé cuenta que puede perdernos, porque eso, no es posible entre nosotros dos.
Los hechos, y los meses compartidos son la principal causa de que lo nuestro es algo que no tiene principio ni fin, porque para cada rincón de mi vida que mire, para atrás, vos estuviste presente de una u otra manera; esto es algo que crece, que muta, que se transforma cada día en lo mejor que tenemos. No hay vuelta que darle, nuestro amor excede cualquier situación y decisión, simplemente porque fuimos hechos para esto; y no cabe la posibilidad de que pueda llegar a ser de otra manera.
Solo es amor. Solo es eternidad. Eso somos. Eternidad.