24 de Febrero del 2012.
Melanie & Nahuel.

28 oct 2012

18 meses.

Pasan los meses y yo sigo buscándote cada 28 para correr junto a vos, como más de una vez hice y darte muchos, muchísimos abrazos... De esos que llenan. Sonreír y pedirte que juegues conmigo. Sigo buscando tu sonrisa, tus valores, tus gestos... Sigo recordándote cada segundo, cada minuto y odiándome por olvidar detalles como tu voz... Puede que olvide tu voz, pero nunca olvidaré tus abrazos, ni tus gestos, ni tu manera de pedirme que te dejara dormir un poquito. Nunca olvidaré tus ganas de verme, de estar conmigo, de verme sonreír. Nunca olvidaré las veces que me has ayudado, las veces que por mí te preocupaste... Nunca olvidaré las veces que me hiciste feliz. Nunca olvidaré tu fuerza tras esa cama que te ataba. Nunca olvidaré tu sonrisa, pese a tener una enfermedad jodida. Nunca olvidaré la alegría con la que me recibías. Nunca olvidaré la paciencia que tenías conmigo. Nunca olvidaré todo lo que me transmitías con solo una mirada.. Nunca olvidaré esos largos paseos que daba con vos. Nunca olvidaré que éramos inseparables. Nunca olvidaré cómo presumías de nieta por ahí. Nunca olvidaré esos ojos azules y esa sonrisa tan tuya. Nunca olvidaré las veces que jugabas conmigo a lo que fuese. Nunca olvidaré el empeño que ponías en hacer que cualquier plato de comida que fuese, me gustara. Nunca olvidaré todo lo que me has enseñado. Nunca olvidaré con el cariño que hablabas de mí. Y es que nunca olvidaré cada detalle que has tenido conmigo. Nunca te olvidaré, abuelo. Pasa el tiempo y muchas veces deseo ser esa nena que jugaba con vos. Pasa el tiempo y deseo tenerte acá... Que nos entendamos tan bien, que me enseñes tus valores de la vida, porque sin duda, han sido los mejores valores que me han podido dar. Pasa el tiempo y deseo que me sigas enseñando que las personas buenas existen, porque vos eras una de ellas. Pasa el tiempo y no me olvido que hay dos personas que lucharon con capa y espada porque sus hijos y sus nietos tuvieran un futuro y tengo el honor y el orgullo de decir que esos son mis abuelos. Pasa el tiempo y no me olvido de la alegría que tendrías por mí en éste momento. Y juro que solo con eso yo ya sería feliz: Con que pudiera estar contigo unos minutos.
Vos eras sacrificio, fuerza, alegría, bondad, paciencia, magia, amor, cariño, inocencia, esperanza, azul, dulzura, y sobre todo, vos eras felicidad.
Hoy tan solo deseo que estés donde vos querías estar. Vos y yo sabemos cual es ese sitio. Y desde allí solo quiero que seas feliz, que nos esperes y que a veces te asomes para mirarnos y para ver que todo va bien, aunque te extrañemos, aunque deseemos abrazarte... Aunque ahora mismo esté llorando escribiendo esto. Sé que nos estarás cuidando a todos desde allá arriba con esa manera tan dulce que tenías vos de hacerlo todo y no lo dudo, porque sin duda has sido la persona más dulce y más buena que he conocido.